jueves, 22 de octubre de 2009

9) Buscando castañas.

11 de Octubre 2009, Burbia, Los Ancares, León, España.

Este día era domingo y desde ayer yo quería encontrar algunas castañas que habían caído de los árboles al camino que fueran comestibles. Yo estaba con unos amigos (Rubén Leiva, Roberto el de Hawai, y Luis el arquitecto) por los montes del Oeste de León, en un lugar con castaños, algunos milenarios, y era octubre. Este mes es típico de la recogida de castañas. Pero busqué y busqué y por distintas partes del monte y todas las castañas que encontraba o no eran buenas, o eran demasiado pequeñas. Lo di como por imposible encontrar castañas comestibles apropiadas en ese lugar.

Pero a eso del mediodía algunos de mis amigos quisieron comprar miel en el pueblo. Gente de allí nos recomendó comprar la miel en la casa de la Señora Aurora, mujer de 72 años muy amable y a quien se le veía feliz. Ella antes de vender nos regaló miel que nos dio sobre una tapa de un tarro de cristal. Nos sorprendió que nos diera la miel sobre una tapa, y dijimos que eso sí era una auténtica “tapa”: pues en España cuando en un bar pides algo de beber y te regalan algo de comer, a este regalo se le llama “tapa”.

Aurora después nos vendió una muy buena miel muy barata y nos enseñó parte de la historia de la recogida de la miel. Pasamos como una hora con ella hablando y escuchando. Ella incluso caminó con nosotros y nos mostró el pueblo y costumbres de allí y cómo se abrían las nueces que habían por el camino, y nos entregó manzanas de su huerta para comerlas y cómo eran las flores del azafrán etc etc de las maravillas de la Naturaleza. A todo lo que hablábamos ella iba relacionándolo con Dios o diciendo Gracias a Dios. Una mujer católica que amaba de forma preciosa al Señor del Cielo.

Entonces me di cuenta que ella tenía castañas muy buenas comestibles en unos cestos sobre el suelo, y nos habló de cómo se preparan para comerlas. Y sin yo pedirle castañas ella me dijo que pusiera mis manos abiertas para que ella me entregara algún puñado de castañas. Mi deseo de tener castañas ese día se cumplió. Me alegré mucho y entendía que Dios me cumplió mi deseo, entonces al momento yo pedí que uno de mis amigos me hiciera una foto en que se viera el mismo momento en que ella me entregaba las castañas en mis manos.

El flash de la foto salía momentos después de que ella me había entregado las castañas. De modo que yo seguía con las manos puestas con actitud como de recibir más castañas simplemente para repetir la foto. La señora Aurora interpretaría, digo yo, que yo quería más castañas y me dio otro puñado. Y como aún la foto seguía tardando en hacerse pues yo aún seguía con las manos igual, entonces ella me continuó dando más castañas y más hasta que nos dio hasta tres bolsas llenadas con cientos y cientos de castañas.

El domingo siguiente Luis dijo de calentar las castañas y las tostamos y resultaron muy ricas y además su aroma tostado me encantaba. Y como una hora después en mi casa vi que mi hermano había asado castañas y comí de ellas, también deliciosas. Era la primera vez en mi vida que en mi casa había visto castañas asadas. A la mañana siguiente me sentía como feliz y pienso que ayudó entre otras razones el haber comido anoche de ese buen fruto gracias al amor limpio de Aurora.
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Conclusión. Como dice las Escrituras Sagradas (Efesios 3.20) Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos…

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