martes, 24 de agosto de 2010

45) Visitar la Alhambra de Granada por la noche.

-1985. Granada.
Fui desde Madrid a Granada, pues me habían dicho, que los lunes por la noche se podía visitar, el tan famoso Palacio de la Alhambra.
Fui solo, aunque prefería haber ido con alguien. Sólo disponía de un día para mi viaje, pues yo debía volver a Madrid, al día siguiente.
Llegué a la puerta de la Alhambra poco antes de la hora que me habían dicho. Era una noche que llovía mucho.
En la puerta había un guardián, y me dijo que yo no podía entrar, pues había un congreso privado, y al momento cerró las puertas (muy grandes puertas) frente a mi cara. Yo quedé fuera, solo, bajo la lluvia.
Me aparté de allí. Caminé unos pocos minutos y me refugié de la lluvia bajo un arco de la muralla árabe.
Comencé a llorar.
Pero, a la vez que lloraba, sentí en el interior de mí, como si esas lágrimas eran oídas desde: Algo Superior Invisible. Y presentía que, Ese Algo, iba a usar esta situación con Amor, para crear algo mejor.
Al momento Algo me movió hacia esa puerta grande que estaba cerrada. Y sentí que yo tenía que llamar a esa puerta y preguntar que qué grupo era ese del congreso. Yo no sabía qué grupo era ese.
Al momento, llamé dando unos leves golpecitos con los nudillos de mi mano a la gran puerta. Pensé que no podrían oir esos golpecitos ante esa enorme puerta. Pero al instante me abrió el guardián. Le pregunté que quién era ese grupo, por el cual, yo no podía entrar a la Alhambra. Él me respondió que, el grupo era de la Escuela de Arquitectura, con el profesor Carvajal (famoso arquitecto). En ese momento comencé a sorprenderme, y vi que en el interior estaba Carvajal y él me vio. ¡¡¡Era un profesor mío!!! Le saludé muy contento y él, como extrañado que yo estuviera fuera, me hizo gestos para que entrara rápidamente a la Alhambra. Con lo cual, el guardián al momento hizo gesto de respeto hacia mí, y me hizo pasar cortésmente. Pasé, y pude ver la Alhambra como quería, y aún mejor de lo que imaginaba, pues estaba en todo momento acompañado por el profesor Carvajal. Él me pidió que le contara cómo es que yo había llegado hasta allí, y yo muy alegre le conté todo lo que me había ocurrido hasta verle. Le pude contar mis historias mientras caminábamos juntos, a través de la belleza de la Alhambra, iluminada con focos en la noche. Y él estuvo muy atento a mi y parecía muy contento de escucharme.
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Conclusión: Nuestras lágrimas y sufrimientos son escuchadas desde el otro lado, desde lo invisible, y en su momento el Supremo Ser nos ayuda de una manera u otra, aunque muchas veces ni nos damos cuenta.
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Oración: Invisible Buen Amigo, que caigan de mis ojos las lágrimas que Tu quieras y que con tu "lluvia" yo sea limpio.

jueves, 5 de agosto de 2010

44) Paso del tiempo. Meridiano de Greenwich.

31 de Julio 2010, Inglaterra.
Desde hacía tiempo, yo quería visitar en Londres el lugar exacto del Meridiano de Greenwich. Y este día tuve esa oportunidad.
Este meridiano es el lugar donde se divide el Este y el Oeste del Planeta. Es una línea imaginaria en el Planeta, que es centro del sistema horario universal: Todas las horas del planeta se miden con esa referencia. Es decir, que esa línea marca cuando exactamente empieza un nuevo día, cada nuevo año y cada nuevo milenio.
Este día yo pensaba que esto de Greenwich era simplemente una referencia de distancias en el Planeta. Ignoraba que era referencia de las horas, del tiempo, del Planeta.
Yo viajaba con mis amigos Martin de Londres y Luis de Venezuela. (Los nombres los escribo, para poder constatar con ellos que es verdad lo que cuento).
Martin, allí en el museo en Greenwich, me mostró un reloj muy antiguo, que según entendí que me dijo, era de los primeros, o el primero del mundo. Este reloj es grande, como de 1 metro, con péndulos dobles en movimiento, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Todo él es de metal, en color dorado. Estaba dentro de una vitrina de cristal. Al parecer, está en funcionamiento desde que se construyó. Esos péndulos indicaban cada segundo del tiempo que pasa.
Al ver este Reloj tan único, dije a mis amigos: “Este reloj me da como miedo”. Verdaderamente sentía como temor, pues me imaginaba como si ese reloj de algún modo controlara el tiempo del Universo, o incluso, me imaginaba que hubiere como un reloj similar en el Cielo, que indicara cuánto tiempo falta para el fin del mundo y sólo Dios Padre sabe cuando “dejaría de moverse” Su Reloj.
Al salir de Greenwich, fuimos a visitar la ciudad de Cambridge, famosa por su Universidad, de las primeras del Mundo. Antes de llegar a Cambridge, dijimos de hacer un pequeñísimo estudio, de unos minutos, en Cambridge, como de broma, para poder decir que “hemos estudiado en Cambridge”. Se decidió que estudiaríamos sobre el paso del tiempo y si hoy sería el fin del mundo.
Pocos minutos después: allí en Cambridge, vimos gente agolpada mirando algo tras de una ventana. Era el único sitio donde vimos tanta gente mirando un lugar concreto. Lo que miraban era un gran reloj redondo, como una rueda metálica y dorada, que era movido, cada segundo, por la pata de una representación de un monstruo ó dragón ó “alien”. Hasta Luis dijo que ese reloj le daba como miedo.
Este reloj efectivamente sí que daba miedo, pues daba como a imaginar que el tiempo era movido por un dragón ó ser no bello. En el estudio que he comentado, nos planteábamos si “el mal”, representado por ese dragón, es el que hace el esfuerzo para que el tiempo continúe. Que si tal vez, “el bien”, no necesita el tiempo…
Pocos minutos después Luis hizo una foto a nosotros, en otro lugar, casualmente junto a una exhibición de campanas de una iglesia antigua (campanas que eran para indicar las horas, es decir el paso del tiempo). Esa exhibición comenzaba justo en esos minutos.
Al mirar esa foto, descubrimos algo que nos sorprendió, que no recordábamos haber visto antes en otra foto: En la foto salíamos nosotros 3 (Luis, Martin y yo) y junto a nosotros una mujer, que pasaba por allí, la cual claramente miraba detenidamente en su muñeca: a su reloj.
Ese mini estudio continuó unos segundos tras ver esa foto, y llegamos al pensamiento de que todas estas coincidencias, referente al tiempo, es para tener Paz, pues con Cristo tenemos la Eternidad Más maravillosa.
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Conclusión: El Señor hacedor del Tiempo, está en control de todo el Tiempo. Lo ha hecho todo desde un principio, con un Fin, y habrá un Fin de los tiempos, que está en sus manos y en nuestra libertad de elegir a Cristo, como nuestro Amigo, antes de llegar ese Fin. Y que podemos disfrutar, desde ahora mismo, de la Paz
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Oración: Señor, grande eres, grande es tu creación incluido el paso del tiempo, que desde ahora estemos más contigo hasta el Final. Que disfrutemos de saber que vuelves pronto.