jueves, 18 de febrero de 2010

26) 3 historias hoy: papelito + fútbol + día de amistad

1) 14 de Febrero del 2010, Madrid. Papelito en la Biblia.
Estando en la reunión de la iglesia, de repente, solté sin darme cuenta mi pequeña Biblia al aire, hacia arriba, como jugando, y esta cayó al suelo. No recuerdo haber hecho esto antes. Varios papeles se esparcieron por el suelo. Uno de estos papeles, que era pequeñito, me ayudó Luis a recogerlo y me lo dio. Al momento me di cuenta que en ese papel yo escribí hace meses: precisamente sobre este Luis: “nunca más “sufrimiento” para Luis”.
Pocos minutos después, el predicador invitado hablaba únicamente y precisamente sobre el tema de: “el sufrimiento sirve para bien, y hemos de gozarnos”.
Además nunca antes recuerdo haberse tratado este tema con tanta profundidad en la iglesia.
Durante el tiempo que se predicaba pensé en los que sufren viviendo en la calle y me vino a la mente un joven de la iglesia que ayuda a los de la calle. Además, este fue la única persona que me vino a la mente y nunca antes recuerdo que me viniera a la mente tan fuerte. Y como media hora después, vi que dicho joven estaba orando por Luis, lo cual me sorprendió en especial pues nunca antes recuerdo haber visto que esta persona orara por Luis.
Entonces añadí en aquel papelito unas palabras: “nunca más sufrimiento inútil”
-----------
Conclusión: En la Biblia hay tanta vida que hasta “saltan” las palabras. Se confirma de algún modo más que todo sufrimiento sirve para bien y hemos de gozarnos a través de los sufrimientos.
---Oración: Altísimo, que en todo sufrimiento podamos gozarnos como Tú deseas y para tu alegría.

2) 14 de Febrero del 2010, Madrid. Cantando en el fútbol.
Fuimos 3 amigos a ver el partido de fútbol de Luis de Venezuela para animarle a que ganaran. Era un partido de una liga de Fútbol, y este día era un partido importante, además el equipo contrario se conocía por ser bueno.
Durante el partido no hubo ningún gol hasta la primera mitad del tiempo. Entonces nosotros 3 comenzamos a cantar canciones a Dios. Esto nunca antes habíamos hecho en un partido de fútbol. Al momento, hicieron una falta contra Luis, se lanzó el balón y ¡gol!..
Seguimos cantando alabanzas y ganaron 4 a 2.
Parece ser que cuando cantábamos con más Paz, alegría y confianza metieron los 4 goles, y cuando cantábamos sin tanto ánimo entonces les metieron esos 2 goles.
Después del partido, dijeron jugadores del equipo de Luis que ese partido había sido el mejor y más organizado en la temporada, en más de 15 partidos (casi 20 partidos).
----------
Conclusión. Cuando centramos nuestra mente en las cosas de lo más arriba, nos separamos de lo que nos ata aquí y entonces somos más libres para actuar mejor. Y esto influye en los demás positivamente.
---Oración: Señor Magnífico, que no nos preocupemos cuando con una alabanza a ti podemos obtener resultados deseados.

3) 14 de Febrero del 2010, Madrid. Día de la amistad.
Quedaba como una hora para terminar este día conocido como “día de los enamorados o de la amistad”. Yo estaba con Valerio hablando de la chica, Deborah, a quien yo había pedido, a través de correo electrónico, dos veces si se quería casar conmigo. Entonces decidí escribirle a ella otra carta, por internet, pidiéndole por tercera vez si se quería casar conmigo. Cuando lo escribía, Valerio me dijo (en un espíritu de oración) de abrir la Biblia al azar a ver qué Dios nos decía sobre esta carta.
Era la primera vez que con Valerio, abría de este modo la Biblia para buscar respuesta.
Dije: que sea el último versículo de la página donde abras:
Entonces nos salió 2 de Corintios 3.2, el cual comienza con: “nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones…”
Nos sorprendió que precisamente este versículo trate de “cartas” cuando nuestra pregunta era sobre enviar esa “carta” electrónica a Deborah…
Entendimos que el Señor del Cielo está atento a todo.
Abrimos después una vez más la Biblia del mismo modo para entender mejor el versículo que nos había salido…
Entonces salió: Ezequiel 21.27 “Todo lo dejaré convertido en ruinas…”, con lo que entendimos mejor que nuestro tiempo en la Tierra es limitado con lo que si hemos de hacer algo no hemos de demorarlo demasiado…
Por último dijimos de repetirlo una última vez y en oración más intensa. Preguntamos a Guillermo, que estaba al teléfono, que nos dijera un lugar de la página donde abriéramos Valerio y yo la Biblia al azar. Guillermo dijo “por la mitad, en el versículo 13”. Abrimos al azar, resultó Apocalipsis por el capítulo 3. Efectivamente en la mitad de la página que abrimos estaba el versículo 13, el cual decía: “¡Quien tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”
-----------
Conclusión: Nuestro mensajes escritos (para ver con los ojos) a los demás no son meras frivolidades sino que muestran lo que somos y nuestros sentimientos, y cada palabra que escribimos tiene valor. Y nuestros oídos también han de valorar lo bueno que se dice, en especial lo que nos dice Dios.
---Oración: Dios maravilloso e infinito, que nuestras mensajes escritos a los demás salgan de un corazón limpio, que veamos con tus ojos tu palabra y entre en nuestros corazones. Y que oigamos lo que quieres hablarnos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

25) Pasar la frontera de EEUU sin mostrar el pasaporte.

-Abril 2006.
Éramos 3 en el coche, e íbamos a pasar la frontera de Méjico a Estados Unidos en un rato. En este coche yo estaba con: mi amiga Deborah de California, y con su amiga mejicana residente en California. Yo estaba de visita en esos dos países por unos días.
Para pasar la frontera vi que había muchas filas de coches y mucho tiempo de espera. Quizá unas dos horas de espera. Era una época en que había mucho control para pasar esa frontera, la de Tijuana. Yo estaba tranquilo pues mi pasaporte estaba en regla.
Entre todas las filas de coches me pareció ver que la fila de al lado era más rápida y que podríamos pasar la frontera en pocos minutos en vez de esperar tanto. Esto se lo dije a Deborah, pues ella conducía.
Parece ser que ella no me oyó lo que dije, pues no me hizo caso.
Vi como efectivamente la fila de coches que yo decía pasaban los coches rápido mientras que nuestra fila llevábamos ya como una hora y parecía que no avanzábamos.
Me empecé a sentir cada vez más frustrado e impaciente. Y cada vez me iba enfadando más y más con la conductora por no hacerme caso. Yo no le repetí a ella que pasara a la fila rápida. Me quedé en silencio con mi enfado.
Yo percibía casi como si mi cara se iba deformando del enojo. Pensé incluso que este enojo iba a complicar el que yo pudiera pasar fácil la frontera pues yo tendría como cara de malo.
Faltaban pocos minutos para tener que mostrar los pasaportes al policía de Estados Unidos.
Intenté quitarme el enfado pero no podía. Entonces pensé que Dios quería que perdonara y que me pusiera alegre a pesar de todo. Así lo intenté por fe. Creo que oré un poquito, que Dios me ayudara. ¡Funcionó!. Pues al momento sentí Paz y alegría. Creo que el Señor me había dado tal gozo por obedecerle que mi cara había mejorado tanto que pensé que yo pasaría la frontera más fácil de lo normal.
Entonces ocurrió algo que me sorprendió, (como si fuera un premio por haber yo perdonado y alegrado): oí ó sentí como dentro de mi, como una Voz ó algo que me decía:
“vas a cruzar la frontera sin tener que mostrar tu pasaporte, y esto díselo a las dos chicas, y diles que te lo digo Yo: Dios".
Esto me parecía imposible. Pues para pasar a Estados Unidos yo sabía que hay que mostrar los pasaportes.
Tampoco yo me atrevía a decir eso a Deborah y su amiga, y menos me atrevía decirles que Dios me lo había dicho. Pues no lo creía que fuera posible. Pero esa Voz insistía, con Paz, que lo dijera a ellas antes de cruzar la frontera para testimonio.
De modo que me decidí y les dije a ellas algo como: “Creo que Dios me ha dicho que voy a pasar esa frontera sin mostrar mi pasaporte y me pide que os lo diga”.
Ellas no me respondieron. Tal vez, o no me entendieron, o lo dije con voz muy baja y no me oyeron, o como yo, no lo creían.
En el momento que paramos el coche frente al policía, las dos chicas entregaron sus pasaportes al policía y este los abrió y miró y se los devolvió.
Entonces el policía me miró a mí. Yo estaba sentado en el asiento de atrás del coche con mi pasaporte, sobre mi pierna, tapado con mi mano izquierda. Entonces puse a prueba lo que creí oír. Miré al policía, le sonreí. Y sin darle mi pasaporte, levanté mi mano derecha un poco y saludé al policía.
Al instante el policía, sin pedirme el pasaporte, dijo a los tres que continuáramos el viaje y entráramos a Estados Unidos…y así efectivamente pasé a estados Unidos sin mostrar mi pasaporte.
Pienso también que ese policía era bueno, y Dios le había preparado, pues, con sólo verme, supo que yo era legal allí.
-------
Conclusión: La clave: el perdón.
---
Oración: Señor del Cielo, ayúdanos a que Tu Alegría en nosotros sea mayor que nuestros enfados con la gente, que podamos perdonar lo antes posible.