sábado, 19 de enero de 2013

68) Concierto del grupo musical Lacrimosa.


18 de enero del 2013, Madrid.                        
1) Pocos meses antes, estando yo en Ecuador, mi amigo Iván Guerrero, me mostró la música de Lacrimosa (grupo famoso internacionalmente). En ese momento no me gustaba, pues yo decía, que me daba como miedo. Iván me dijo que no debía tener miedo a la música. Entonces me di cuenta que era verdad, pues sólo a Dios he de temer. Empecé a escuchar la música sin miedo, y me pareció de gran calidad.
2) Hace unos pocos días llegué a Madrid, y busqué si por casualidad el grupo Lacrimosa actuaría pronto en Madrid. Y casualmente iban a actuar en la semana siguiente. Es de destacar que este grupo, que es alemán, no vino a España desde hacía como 2 años.
3) Fui al concierto con mi amigo Luis Troconis. Y este, al ver mucha gente frente al escenario le pareció que estaban sentados. Y lo curioso es que aunque llegamos de los últimos y el espacio frente al escenario estaba lleno: pudimos colocarnos junto al escenario, siendo yo de los más cercanos al grupo musical; y además, estuvimos sentados allí. Creo que éramos sólo 3 sentados entre cientos de espectadores. Es decir, lo que vio Luis de gente sentada, parecía como una visión profética de dónde estaríamos.
4) En el concierto hubo un momento en que orando algo me decía que amara a los del grupo, y así al instante me sentí como si les viera a los del grupo como hijitos míos amados.
5) Al momento, el cantante principal, Tilo, hizo algo que no hizo en el resto del concierto, se acercó cantando junto a donde yo estaba. Estuvo ahí como varios minutos hasta que yo me preocupé por hacerme fotos mirando yo a otro lado, y entonces él se retiró.
6) Uno de los guitarras tenía los ojos como en blanco, y antes de orar me desagradó, pero al orar le miré a los ojos con amor de padre, y él me miró muy contento y animado, y al momento se le pusieron bien los ojos durante el resto del tiempo.
7) Al terminar el concierto, este guitarra al verme me dijo que él me vio en el concierto (a pesar de haber cientos de personas) y al hacerme una foto con él me dio un abrazo tierno, como de hijo a papá apoyando su cabeza sobre la mía.
8) También al orar entendí que debía decir a Tilo que ellos tocarían en el Cielo. Y así, minutos después, tuve la oportunidad de hablar con Tilo, a pesar de la prisa con que él salía y la gente alrededor, y le conté lo del Cielo y él sorprendido y alegre dijo: “Oh, ,Wow, I like!” (¡oh, Guau, me gusta!).
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Conclusión: El Creador de Todo está interesado y amando a la gente en cualquier grupo musical.
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Petición: que no temamos a la música ni a nada. Y tengamos paz y Amor y las Fuerzas del Creador de todo para hacer lo que queramos y debamos.

martes, 15 de enero de 2013

67) Correr cansado, recibir ánimo no común


12 de Enero del 2013, Villaviciosa de Odón, Madrid. 
1) Un amigo, Rubén (el de la coincidencia en que me regaló un coche), me dijo que fuera yo a correr una carrera de 8km al día siguiente en Villaviciosa de Odón, en la Universidad Europea de Madrid . Yo no tenía ganas de correr pues estaba cansado, ya que la semana pasada acababa de llegar de un viaje intenso por Ecuador. Además, llegar al lugar de la carrera era algo complicado, la noche anterior iba a dormir tarde y había que levantarse temprano. Pero orando entendí que debía ir. Llamé entonces a Valerio (amigo de Rumanía) para invitarle a ir a esa carrera, pues 2 años antes me invitó a otra carrera similar. Al momento de hablar con él, me sorprendió que él me estaba llamando para lo mismo, para ir a esta misma carrera de la Universidad Europea.
2)  Al final fuimos a correr 4 amigos esa carrera: Rubén, Valerio, Zalán (el que no creía antes sobre las coincidencias y al final sí creyó) y yo.
3) Comenzó la carrera. La gran mayoría eran jóvenes deportistas, salieron ràpido, y comenzaron a adelantarme. El terreno a veces tenìa barro, y era cuesta arriba. En el km 2 el cansancio era tal en mi, que iba a abandonar la carrera. Y al instante, vi en mi imaginación a mi derecha, junto al camino, como una persona que mirándome me decía (en mi interior) “ánimo”. Esa persona se correspondía a mi amigo de Ecuador, Iván Guerrero (el de la coincidencia de: dando clase a los alumnos). Y al momento se me fue el cansancio. Esto de perder el cansancio es normal al segundo kilómetro, pues el cuerpo se adapta, pero tal vez, no es tan normal lo que continuó pasando en la carrera.
4) Es de destacar que sólo 3 veces en mi vida he oído en mi interior la voz de un amigo, indicándome algo. Curiosamente, esos 3 amigos eran estudiantes de arquitectura. Y las 3 veces produjeron cambios radicales en mi comportamiento. Describo a continuación la experiencia de oir dicha voz con los otros 2 amigos: Javier y Rafael. Fue hace unos 30 años la experiencia en relación a estos dos amigos
4.1) Uno de ellos, Javier, mi mejor amigo por entonces, le dije que él debía ir, cierto día, rápido en coche para encontrarnos en Santiago de Compostela, para un Congreso de tunas (pues Javier y yo éramos tunos, es decir como músicos de la Universidad al estilo de trovadores antiguos). Insistí que debía ir rápido en coche. Al día siguiente, yo estaba en Santiago de Compostela, extrañado que no llegaba mi amigo Javier, y al momento me informaron que Javier acababa de morir atropellado por un coche.  Fue horrible oir eso, en especial porque yo me sentí totalmente culpable de su muerte por haberle dicho que fuera rápido en coche. La culpabilidad en mi era terrible como sin límites. Y al momento, para yo buscar soledad o intentar entender qué era todo esto, entré en la catedral que estaba junto a mi, y comencé a caminar alrededor del altar. Yo sufría enormemente o indescriptiblemente por la culpa en mi. Y a los pocos minutos oí en mi interior una voz, igual a la de Javier, que me decía algo que quitó al instante mi culpa. Esa voz decía: “No es cierto lo que te han dicho, pues, me suicidé”.
Al instante de oir esto en mi interior, no sólo se quitó mi culpa y dejé de sufrir, si no que hasta me enfadé con lo que hizo. La voz fue de tal modo y tan profundo que estuve convencido que era cierto lo del suicidio (al día siguiente se confirmó por los familiares). Y al salir de la catedral, yo estaba tranquilo, y le dije a los demás amigos, que estaban cerca, que fue un suicidio. Me preguntaban cómo lo sabía, y no les dí explicación, sólo que estaba convencido en ello.
Si no hubiera sido por esa voz, la culpabilidad yo no habría sabido apaciguarla. Y lo peor, es que creo que yo nunca me hubiera enterado de que fue suicidio, pues no me hubiere atrevido a acercarme a los familiares, y por tanto no me hubiere enterado de la realidad. Hubiere vivido yo con la culpa de creer que hice morir a mi mejor amigo, y mi vida hubiere sido creo que un desastre.
 4.2) El otro amigo, Rafael, también mi mejor amigo por entonces, la experiencia en relación a oir como su voz, fue sencilla. Yo había suspendido una asignatura en la Universidad de arquitectura, fui a reclamar al profesor, este me mostró mi fallo, entendí que merecía el suspenso y me despedí del profesor y me retiré, pero a los pocos metros de caminar, oí en mi interior una voz como la de este amigo Rafael que me decía “vuelve, al profesor y dile que está él equivocado y que estás aprobado”. Al instante di la vuelta volví al profesor, le dije esto, y me respondió, “es cierto, estás aprobado”. Creo que si no hubiere aprobado esa asignatura en ese momento, se podría haber complicado mis estudios hasta tal vez, superar mis ánimos, y abandonar la carrera o retrasar el acabar la carrera de modo que no hubiere hecho el doctorado después. (Gracias al doctorado fui a Ecuador como profesor de Universidad de arquitectura, donde conocí a Iván Guerrero, estudiante de esa Universidad).
5) Y volviendo a la historia de la carrera atlética y con Iván, llevaba muchos años yo sin oir alguna voz (a parte de la espiritual y mi propia voz). Al llegar al km 6, me comenzó a doler el flato mucho de manera que casi no me dejaba respirar, y pensé que debía abandonar la carrera y buscar un médico. En las demás ocasiones este dolor no me desaparecía hasta como una hora después. Pero en esta ocasión, volví a oir en mi, como la voz de Iván que me decía: "sigue corriendo, no es de importancia ese dolor del flato", y efectivamente a los pocos minutos se me fue el dolor. Como digo, es la primera vez que se me quitó ese dolor en tan poco tiempo. Tengo que añadir que en esta ocasión, al oir por segunda vez la voz como la de Iván, no me lo creía, y entonces pregunté en Fe a Dios, “¿es cierto que debo seguir corriendo?” y oí en mi interior en Fe como que Dios me respondía “Sí, sigue corriendo”. Incluso pregunté a mi imaginación: “¿y si pregunto a la Virgen María?”, y oí como la voz que correspondería a la que me hablaba en Fe como Dios que me respondía “si yo (Dios) te he hablado, ya no tienes que preguntar por lo mismo a María”.
Minutos después, en el km 6, empecé a sentir dolor en el corazón, entonces pensé “ahora sí, hasta aquí llegó la carrera, pues esto es serio”, pero por tercera vez volví a oir la voz interior como la de Iván que me decía: “Sigue corriendo, me han dicho (desde el Cielo) que no es nada de salud del corazón”, y al instante se pasó también este dolor. Minutos después llegué hacia la línea de meta, pudiendo hacer bromas en mi llegada, como que me desmayaba. E hice un tiempo relativamente bueno. Menos de 42 minutos. Y de un total de unos 350 atletas hubieron unos 75 por detrás de mi. Para mi y mis años, 51 años, y sin entrenar, esto era muy bueno.
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Conclusión: El Creador del Universo también nos puede hablar a través del Amor Suyo al Amor de  nuestros amigos, y por esa vía a nuestra mente.
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Petición: Que podamos comunicar en Unidad con las personas en el Planeta aunque estén distantes, en tiempo o espacio, de la mejor manera posible y más allá de los 5 sentidos, para el bien.