-Lunes de Pentecostés: Mayo 1993. El Rocío, Huelva.
1)
Fui con mi amigo Norman a ver la festividad de Pentecostés al Rocío.
Pues en el Rocío se festeja de una forma espectacular, creo
que como en ningún otro lugar del mundo.
En la festividad se conmemora la venida del Espíritu Santo a
los hombres, simbolizando la Unidad entre la gente.
Es una romería de las más multitudinarias del mundo. El
pueblo del Rocío es pequeño, de unos 1.000 habitantes, pero este día, por la
festividad, había según cálculos, más de 1.000.000 de personas.
2)
Estábamos en la iglesia cuando el momento más especial
de sacar el “sin pecado”, y había tanta gente dentro de la iglesia, que creí
varias veces, realmente que iba a morir por aplastamiento. Incluso sacaban a
gente, que me parecían desmayadas, levantadas por encima de las cabezas, desplazadas con los dedos de las manos. Esto
era algo insólito para mí.
3)
Pensé: ¡Tanta gente y con tanta emoción por esta Virgen
del Rocío! ¿Qué es esto?
Algo que me gusta en especial, es que en las manos de la
imagen, está esculpido algo que representa a lo que es más importante, Jesús;
Es decir en el centro de la escultura, entre las manos de la virgen María está
representado al niño Jesús.
Yo más que la virgen del Rocío lo llamaría, Jesús niño entre
las manos de su madre. Es como si en la escultura se representara que María
está mostrando que El Camino a lo más importante es su hijo Jesús.
4)
Mucha gente agolpada, que miraba a la escultura de la
virgen con el niño, con gran ánimo decían con gran voz: ¡Guapa!
Con esto, yo dije a Norman que a mí no me parecía guapa la
cara de esa imagen, sino más bien lo contrario, que me parecía una cara fea
pero… minutos después, algo me sorprendió enormemente, pues al ver esa cara, de
repente, vi un rostro tan sumamente bello, tan increíblemente luminoso en
belleza, que espontáneamente exclamé a gran voz: “¡¡¡QUÉ GUAPA!!!.
5)
No sé qué ocurrió. Realmente era un rostro guapísimo
como nunca antes vi algo parecido. No sé si sería por reflejo del Sol, o que en
esa imagen está representado el Niño Jesús en los brazos de su madre la virgen
del Rocío, y quizá ambos rostros se acercaran y sumaran la belleza infinita que
representa Jesús.
6)
Pocos momentos después, otra cosa sorprendente ocurrió.
Observaba que solamente a los niños pequeños les dejaban acercarse a tocar la
imagen de la virgen, y que los jóvenes del pueblo de Almonte defendían, con
enorme fuerza de sus brazos, para que nadie tocara a la imagen excepto esos niños.
Los acercaban a estos pequeños, llevándolos sobre las manos, por encima del
gentío.
Entonces pensé que Jesús dijo que tenemos que ser como
niños, y le dije a Norman: “Si los niños pueden tocar a la virgen, yo también
quiero tocarla ahora”. Pero pensé, con cierta tristeza, que era imposible, pues
tanta gente había alrededor de la imagen, y tan defendida estaba para que nadie
la tocara, que nunca podría acercarme en esa situación. Estábamos como a unos
20 metros de distancia de la imagen de la virgen rodeados de muchísima gente
que miraban hacia ella.
Al momento algo increíble ocurrió.
Debido a tanta gente empujando hacia el trono con la imagen,
este trono comenzó a caer hacia el suelo, y de pronto algunas personas se
apartaron, formándose un espacio libre, algo extraño estando la gente tan
agolpada, y ese espacio curiosamente era un camino que iba desde el trono con
la virgen hasta donde yo estaba.
7)
No podía yo creer lo que estaba viendo con mis propios
ojos: ¡un camino sin gente en medio de un gentío que se agolpaba, y veía al
final de ese camino la imagen de aquella virgen del Rocío, frente a mi, a unos
20 metros, y no había ninguna persona entre ella y yo, la gente se apartaba
formando ese camino, con un ancho libre de 1 a 2 metros, que terminaba en mi!.
Pensé: ¡¿Cómo es posible que con tanta gente apretada aquí
en este instante, se haya formado de pronto este camino?!.
8) También me sorprendió mucho, que ese camino, que debía durar tan
solo una fracción de un segundo hasta que la gente se volviera a apretar hacia
la virgen, estaba durando varios segundos. Incluso dio tiempo a que Norman me
hablara sobre este camino… me dijo: “¿no querías tocar a la virgen, aquí es tu
momento?”
(Este camino abierto, me hace recordar a cómo se abrió el
Mar Rojo para que el pueblo de Israel pasara.)
9)
Pensé que, como era tan increíble todo esto, que tal
vez es que Dios me escuchó lo que pensé y dije, de que si los niños tocan a la
virgen yo también: Entonces, sin pensarlo más, corrí hacia la virgen en medio
de ese camino de gente, y… ¡lo conseguí!. Pude tocar y tan contento el trono de
la virgen, y aún corriendo entre ese gentío, no choqué ni toqué a ninguna persona de entre tanta
multitud apretujada. Me parecía una serie de milagros.
¡Qué alegría haber hecho lo que me pareció imposible!.
10) Al
instante algunos jóvenes de Almonte, que estaban junto al trono con la virgen, al ver lo que hice, se enojaron conmigo
tremendamente, como si yo hubiera hecho algo terrible, como si hubiera manchado
lo que ellos mantenían con todo esfuerzo limpísimo.
Entonces, al momento, de una
forma divertida se calmó todo ese enojo de la siguiente forma: Me recuerda algo a lo que hizo el Rey David, de la Biblia, que se hizo pasar por loco, incluso dejando
caer la saliva sobre su barba, para salvarse de una amenaza (1 Samuel 21 14), me lo recuerda porque cuando vi a esos jóvenes tan enojados, entonces para calmarlos fingí ser como un loco inocente, moviendo mis manos y mi cabeza y
como dejando caer la saliva de mi boca, y al momento una persona cerca dijo:
“déjalo, no sabe lo que ha hecho”. Y quedaron todos tranquilos, y yo además tan
satisfecho y gozoso.
11) Después
pensé en todo esto. ¿Por qué vi esa belleza en la cara de la representación de
la madre de Jesús justo cuando yo decía que no era bella? Ó ¿cómo fue que
coincidió abrirse ese camino entre tanta gente tan agolpada,
al poco tiempo de yo pensar que no había camino para poder tocarla como un niño?.
…..
Conclusión: Cuando queremos hacernos como niños, es como humillarnos, que parece entonces moverse los “cables” del “Universo”, y nos ensalza de algún modo (Lucas 14.11), dando gozo como el de niños, y así tal vez ayuda a poder realizar nuestros
sueños aunque parezcan imposibles. Y la idea de la madre de Jesús parece un magnífico camino para ir directo a Jesús.
¿Podría ser que el Espíritu de María (que su Espíritu no
muere) a través del Santo Espíritu oyera mi deseo de ser como niño para
acercarme a ella, y ella pidiera a su Hijo Jesús el Todopoderoso, para que se
formara ese camino y pudiera ver algo de la Belleza de un rostro que Mira hacia
el Cielo hacia Jesús, con solo objetivo de alabar y adorar a Dios?.
….
Oración: Que seamos como ese niño que Jesucristo dijo
que seamos, y lo seamos en el futuro, según la Voluntad de Dios. Que todos
vayamos al Cielo.