22 abril 22 , Benidorm..
En la bulliciosa y divertida ciudad de Benidorm me encontraba haciendo de figurante para televisión, para una serie de humor.
Allí entre los figurantes había uno, llamado Adrián, que me recordaba en su cara a un hobbit, de la película El Señor de los Anillos.
Se lo comenté y le gustó la idea.
En ese momento, Adrián y yo estábamos junto a mi rascacielos favorito de Benidorm, el edificio Neguri. Se lo dije y él me dijo contento que había estudiado 3 meses la carrera de Arquitectura.
Le dije que qué casualidad que yo era arquitecto. Y que mi edificio favorito antes de estudiar la carrera era la capilla Ronchamp de Le Corbusier.
Y él me respondió que casualmente el único edificio que estudiaron en esos 3 meses y que más le gustó fue dicha capilla.
Y le dije que curiosamente en mis 7 años en la universidad nunca me explicaron sobre dicha capilla.
Entonces, viendo estas coincidencias le dije que para mi las coincidencias me llevan a mirar más hacia fuera, hacia el horizonte. Entonces él al momento miró hacia fuera y me señaló la palabra que estaba escrita en un autobús que en ese momento pasaba junto a nosotros. Esa palabra estaba en letras grandes y decía "alegría".
Entonces, pensando en esa palabra y relacionándolo con la arquitectura dijimos que la arquitectura tendría como clave la alegría. Y al instante le dije sorprendido que me acababa de dar cuenta que Le Corbusier definió arquitectura así "el JUEGO sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la LUZ" y que la primera palabra de la frase, JUEGO, es similar a ALEGRÍA.
Y él animado puntualizó que la última palabra de esa frase, ĹUZ, también representa ALEGRÍA.
Entonces pensamos la diferencia entre el día con luz y la noche sin luz.
Que las mañanas con su luz alegran.
Y que el café ayuda a despertar para ver esa luz.
Adrián entonces me dijo que él nunca toma café porque él siempre está alegre.
Pero entonces ocurrió algo curioso:
Los encargados de la película, como teníamos que representar una fiesta por la noche, dieron vasos de bebida de alcohol a los figurantes, no para beber sino, solo para llevarlo en la mano para filmar la película. Y lo curioso es que, por error, la persona que daba esos vasos, dio su vaso de café que bebía, en lugar del de alcohol, a uno de los figurantes.
Éramos unos 50 figurantes, y como cabe esperar en el mundo de las coincidencias, dio precisamente ese vaso de café a Adrián.
Sí, el que momentos antes dijo precisamente que él no toma café.
Nos reímos de la coincidencia. Acto seguido,
comenzamos a analizar los hechos, y dijimos que era sorprendente la poca probabilidad de la sucesión y concatenación de que:
1) existiera ese error de poner café en lugar de alcohol;
2) nunca habíamos sabido de un error de ese tipo, pues es realmente raro;
3) justo poco después de que estábamos hablando del tema del café;
4) y que entre tantos figurantes se lo dieran precisamente al que dijo que no bebía café;
5) y además cuando estábamos hablando del tema de coincidencias.
Pensamos que matemáticamente la probabilidad de todo esto junto en poco tiempo rozaría lo casi imposible con lo cual cabía pensar que tal vez sería probable que una Mente inteligente en el Universo estuviera organizando esta sincronía.
Dijimos entonces que parecía como que esa Mente de una manera nos hablaba para decirnos que efectivamente no hace falta café ni alcohol para alegrarnos porque LA LUZ ES LA ALEGRÍA.
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Conclusión: La felicidad, la Alegría Eterna es la Verdadera Luz, es la Mente creadora del universo, y por tanto esa alegría podemos tener al relacionarnos con esa admirable Luz. En el lenguaje cristiano se puede entender cómo recibir a Jesucristo. Podemos vivir en Alegría a través de la Verdad que es Luz.
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Oración: que podamos disfrutar de las coincidencias que podamos ver en esta vida. Que vivamos en Alegría.
