miércoles, 4 de noviembre de 2015

91) Hoy, día de mi Santo: San Carlos. Alegría mayor que drogas.

4 de Noviembre del 2015, Madrid.               
-1.  Ayer fue el día de San Martín (como mi primer apellido) y hoy es San Carlos, como mi primer nombre. Hoy no recordé que era mi cumpleaños hasta que mi madre me lo recordó y fue así:…
Temprano esta mañana, mi madre me llamó, cuando estaba yo aún en la cama. Me levanté y le dije qué quería y me dijo que yo le hiciera un milagro. Como me parecía una broma, le respondí si "ese milagro" podía esperar un poco más que yo tenía sueño, y al momento me dijo ella que el milagro que pedía era si yo le podía llevar a ella esta mañana a la iglesia para confesarse ella.
Ella, por enfermedad, llevaba casi un mes sin salir de casa, y casi un año que yo no la llevaba a ella a la iglesia.
Cuando íbamos de camino a la iglesia (que es la basílica del colegio donde estudié de niño y joven) ella me recordó que hoy era mi Santo: día de San Carlos (de Borromeo). Me pareció bella coincidencia que después de tanto tiempo, el día que llevo a mi madre a la iglesia es el día de mi Santo.
-2.  Quiero ahora comentar respecto a este San Carlos Borromeo, una coincidencia bella que me ocurrió hace 3 veranos: Un amigo, Jhony de Ecuador, estaba conmigo en Italia por un trabajo de Investigación de la Universidad, para un congreso de Tsunamis. Este amigo quería visitar la joya arquitectónica de la Catedral de Milán (llamado Duomo de Milán). Me pareció buena idea y al visitar el interior del Duomo, quedé sorprendido de tanta belleza artística. Allí había una cripta y al verla, sin yo saber por qué, me pregunté si existiría algún Santo que se llamara como yo, Carlos. Incluso pensaba que tal vez no habría ningún San Carlos. Pero cuál fue mi sorpresa, que un instante después me enteré que allí, a solo unos 5 metros de mi, estaba enterrado San Carlos Borromeo. Quedé estupefacto, “¡Existe un San Carlos! ¡y además me doy cuenta que está enterrado aquí donde estoy!. Poco después, a pocos metros de ahí, vi un confesionario con un viejecito sacerdote dentro, y pensé que sería interesante confesarse en una situación como esa. Me acerqué al confesionario y le dije que yo no hablaba italiano, y el sacerdote me dijo que él solo sabía italiano y a ver cómo podía confesar así: Fue divertido porque me confesé intentando que él me entendiera, y de lo que me dijo, creo que entendí que en penitencia de los pecados míos debía yo rezar (ni más ni menos) 10 Aves Marías. ¡Uf, pensé que lo que había confesado debía ser muy malo para que me pusiera tantas aves Marías!. El caso es que aunque no me gustaba rezar eso, pero por la coincidencia que vi con ese San Carlos, entonces me “llené de valor" para al menos intentar rezarlo. Busqué en dónde podía sentarme, y vi que a mi izquierda había una bella pieza artística, representando la Madre (María) con su HIJO (Jesús). Entonces, allí, mirando yo al suelo, me puse a rezar esos 10 aves Marías hablándolo sólo a Jesús e intentando creer en las palabras del rezo (palabras que veía que están en la Biblia: "Salve María llena de Gracia...y BENDITO es el fruto de tu vientre JESÚS") y procuré quitar mis dudas y prejuicios de la Virgen y queriendo no volver hacer más pecados. Al terminar de rezarlo, de pronto sentí un gozo y alegría inmensos, quedé sorprendido que habiendo orado en relación a María, quien no es Dios, sino sólo humana como yo, me sentía tan lleno de Gozo amando más que nunca a su hijo Jesús. Incluso era uno de los momentos mas plenos y feliz en mi vida que no se describir. Me sentía mil veces mejor que si hubiera tomado la mejor droga. Entonces vi cerca a mi amigo Jhony y le intenté explicar con señas y palabras lo maravillosamente que me sentía. Era Alucinante.  Le pregunté a Jhony "¿por qué siento tanto tanto gozo? ¿por qué?", en ese momento no sabíamos bien la causa. Me quería quedar allí continuando ese sentir, pero teníamos que salir de la catedral. Al instante de salir dije muy feliz a mi amigo que yo quería gritar en esos momentos para que todos escucharan que lo más Maravilloso es Creer en Jesucristo, Quien es lo mejor de la vida. Y al momento grité lleno de gozo,  diciendo que Cristo es lo mejor, y lo grité sin importarme que me tomaran por loco, entre multitud de turistas que allí habían, pues quería compartir esa alegría.  Tiempo después entendí que la alegría que sentí debía ser, porque al terminar yo de rezar, acepté el perdón.
-3. Volviendo a la historia de hoy, al entrar en la iglesia con mi madre, vi que la luz del confesionario estaba encendida, es decir que había un confesor en ese momento en ese confesionario. Entonces, como mi madre, con 84 años, y gordita anda despacito, la llevé del brazo, pero al acercarnos al confesionario vi que la luz ya estaba apagada y no estaba el confesor… ¡oh, qué he de hacer ahora! pensé. Entonces, fui rápido a buscar al confesor y vi que él iba a subir hacia al altar, y yo corrí hacia él (intentando no aparentar que yo corría para no asustar a la gente que allí había: es decir, era casi cómico, yo corriendo a “cámara lenta”). Al acercarme a él, él ya estaba sobre el altar, él estaba de espaldas a mi pues él seguía caminando hacia la sacristía. Aunque él no me veía le pregunté si podía confesar a mi madre. Él me escuchó, se paró, se volvió, me vio, y él sabiendo que tenía el tiempo justo para empezar la misa, lo pensó un instante y aceptó y fue a paso ligero hacia el confesionario más próximo. Al confesarla, yo sin querer oía al sacerdote hablando como con mucha prisa, pero vocalizando. Creo que fue la confesión más rápida que he visto. Rápida, pero mi madre quedó satisfecha y muy contenta.
-4. Al momento, mi madre y yo, su hijo, nos sentamos en un banco frente el altar para la misa. El sacerdote nombró 3 veces el nombre de San Carlos. Me parecía un momento especial. Y me fijé, que por encima del altar, hay un bello grupo escultórico en madera, de Jesús niño con su madre ambos sentados. Algo así como yo que estaba sentado junto a mi madre.
Precisamente de ese grupo escultórico, se dice que es la escultura, en relación a personajes de la Biblia, más antigua de Madrid, al menos del siglo XIII. Es de madera incorruptible. Y hay quien dice, algo que parece difícil de creer, que lo pintó el mismo San Lucas, evangelista de la Biblia. Y aunque creo que lo mas probable es que sea del siglo XIII, también consideré que es difícil demostrar que no sea cierto que lo pintó San Lucas, pues los ropajes esculpidos son de estilo helenístico, que podrían estar en el siglo I. Hasta pensé, que al ser de madera, debería ser realizado por un carpintero, y en la Biblia, (Éxodo 25) se manda hacer esculturas para el templo, y también la Biblia dice que José, padre adoptivo de Jesús, era carpintero. Me pregunté: “¿Por qué en la Biblia se hace referencia a que era carpintero y no de otra profesión?”.   Me hacía ilusión imaginar que esa escultura lo hubiera realizado José con ayuda del niño Jesús: El más Santo de los Santos.
Conclusión: Podemos ser Santos, con la ayuda de la confesión (arrepentimiento), creyendo en el Más Santo, Jesús. Pienso que es con lo que podemos ser más felices. 
Oración: Que seamos felices Santos.

1 comentario:

  1. Dos cosas: la Virgen Santísima María es humana como tú, pero ella es concebida sin pecado y tu no. También ella es la que más cerca está del Cielo, y no ha habido ni habrá jamás un santo como ella. Ella es la reina del Cielo, de la tierra y de todo lo creado, más que ella sólo Dios. Eso lo decimos en la Iglesia católica. (Es que me rechina un poco que la comparases contigo...). Por otra parte tengo que decir que el ojo es la lámpara del cuerpo y que tú tienes un ojo limpio y hay luz en ti. Se nota en la manera en que hablas...

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