12 de junio del 2019 Serbia y Kosovo.
1). En un coche alquilado en Albania, mi amigo Javier y yo después de cruzar varias fronteras y tras pasar la la de Bosnia Herzegovina entrábamos emocionados en el sur de Serbia. Allí había un anciano haciendo autostop. Paramos el coche y subió contento. Al rato nos estamos equivocando de carretera sin saberlo. El anciano nos avisó con señas (pues no entendíamos su idioma para hablarlo) para que no nos equivocáramos de carretera y nos llevó a donde queríamos ir que era la ciudad de Novi Pazar, una ciudad con muchas mezquitas musulmanas, y nos llevó a un restaurante de carne de cordero muy rica. Aún agradezco esa carne que aún estoy saboreando en mi mente después de días.
A este anciano considerábamos que podría ser un ángel porque nos ayudó a no perdernos.
2). Después nos dirigimos en cierta carretera hacia Kosovo pero no sabíamos que precisamente esa frontera está cortada. Sentí que Algo me decía que lo comprobara con el GPS de mi teléfono pero no me esforcé. El GPS daba a entender que esa carretera estaba cortada porque el GPS te lleva por otras carreteras hacia Kosovo. Cabezota yo continuamos por esa carretera cortada a Kosovo. Y llegamos a la frontera allí entre Serbia y Kosovo.
3). En esa frontera la parte serbía nos avisó que en esa carretera no nos dejaría pasar la policía de Kosovo. Insistimos a la policía Serbia y esta nos dejó pasar pero al llegar a la zona de Kosovo salieron rápido dos policías de Kosovo con perros. Decían que la carretera estaba muy mala y teníamos que entrar por otra carretera.
Tuvimos que volver hacia atrás. Al menos
la otra entrada a Kosovo no estaba lejos
4). Como estaba yo cansado de conducir condujo Javier. Él aún no tenía el carnet conducir pero estaba en unos días para hacer el examen final de conducir, y finalmente aprobó.
Cuando estábamos a punto de entrar en esta otra frontera en Kosovo Javier me dijo que mejor condujera yo para pasar la frontera. Como he pasado bastantes fronteras y nunca me han pedido el carnet de conducir, le dije que siguiera conduciendo él. No sabíamos que en esta ocasión sí lo pedirían. Afortunadamente a Javier antes de cruzar esa frontera pidió que rezáramos para saber quién debía conducir. Entonces sentimos que debería yo coger el coche. Cambiamos de conductor y conduje yo la frontera. Qué gran sorpresa y alegría tuvimos cuando el policía de la frontera Serbia me pidió el carnet de conducir. Nos pareció increíble. ¡La primera vez que me piden el carnet de conducir en una frontera y es justo cuando habiamos cambiado de conductor por esa razón de tener carnet!. Le mostré feliz mi carnet de conducir. Pero para sorpresa nos dijo que nos pondría dos multas una por no tener el cinturón puesto y otro por no tener la luz encendida (aunque fuera de día) porque allí (a diferencia de España) es obligatorio.
Aunque verdaderamente Javier no tenía cinturón de seguridad al pasar la frontera dijimos al policía que Javier era el único que no tenía el cinturón de seguridad puesto en ese momento porque se había levantado para entregar los pasaportes. El policía fue muy simpático y no nos puso multas y nos dejó pasar y pasamos agradecidos a Kosovo.
Pienso que si no hubiéramos orado, habría conducido Javier sin carnet de conducir, y bastante probable que tendríamos alguna multa.
.......
Conclusión: rezar, aunque sea unos segundos, cuando tenemos dudas, puede ayudar mucho.
.....
Oración: que recemos u oremos aunque sea unos segundos cuando convenga.
1). En un coche alquilado en Albania, mi amigo Javier y yo después de cruzar varias fronteras y tras pasar la la de Bosnia Herzegovina entrábamos emocionados en el sur de Serbia. Allí había un anciano haciendo autostop. Paramos el coche y subió contento. Al rato nos estamos equivocando de carretera sin saberlo. El anciano nos avisó con señas (pues no entendíamos su idioma para hablarlo) para que no nos equivocáramos de carretera y nos llevó a donde queríamos ir que era la ciudad de Novi Pazar, una ciudad con muchas mezquitas musulmanas, y nos llevó a un restaurante de carne de cordero muy rica. Aún agradezco esa carne que aún estoy saboreando en mi mente después de días.
A este anciano considerábamos que podría ser un ángel porque nos ayudó a no perdernos.
2). Después nos dirigimos en cierta carretera hacia Kosovo pero no sabíamos que precisamente esa frontera está cortada. Sentí que Algo me decía que lo comprobara con el GPS de mi teléfono pero no me esforcé. El GPS daba a entender que esa carretera estaba cortada porque el GPS te lleva por otras carreteras hacia Kosovo. Cabezota yo continuamos por esa carretera cortada a Kosovo. Y llegamos a la frontera allí entre Serbia y Kosovo.
3). En esa frontera la parte serbía nos avisó que en esa carretera no nos dejaría pasar la policía de Kosovo. Insistimos a la policía Serbia y esta nos dejó pasar pero al llegar a la zona de Kosovo salieron rápido dos policías de Kosovo con perros. Decían que la carretera estaba muy mala y teníamos que entrar por otra carretera.
Tuvimos que volver hacia atrás. Al menos
la otra entrada a Kosovo no estaba lejos
4). Como estaba yo cansado de conducir condujo Javier. Él aún no tenía el carnet conducir pero estaba en unos días para hacer el examen final de conducir, y finalmente aprobó.
Cuando estábamos a punto de entrar en esta otra frontera en Kosovo Javier me dijo que mejor condujera yo para pasar la frontera. Como he pasado bastantes fronteras y nunca me han pedido el carnet de conducir, le dije que siguiera conduciendo él. No sabíamos que en esta ocasión sí lo pedirían. Afortunadamente a Javier antes de cruzar esa frontera pidió que rezáramos para saber quién debía conducir. Entonces sentimos que debería yo coger el coche. Cambiamos de conductor y conduje yo la frontera. Qué gran sorpresa y alegría tuvimos cuando el policía de la frontera Serbia me pidió el carnet de conducir. Nos pareció increíble. ¡La primera vez que me piden el carnet de conducir en una frontera y es justo cuando habiamos cambiado de conductor por esa razón de tener carnet!. Le mostré feliz mi carnet de conducir. Pero para sorpresa nos dijo que nos pondría dos multas una por no tener el cinturón puesto y otro por no tener la luz encendida (aunque fuera de día) porque allí (a diferencia de España) es obligatorio.
Aunque verdaderamente Javier no tenía cinturón de seguridad al pasar la frontera dijimos al policía que Javier era el único que no tenía el cinturón de seguridad puesto en ese momento porque se había levantado para entregar los pasaportes. El policía fue muy simpático y no nos puso multas y nos dejó pasar y pasamos agradecidos a Kosovo.
Pienso que si no hubiéramos orado, habría conducido Javier sin carnet de conducir, y bastante probable que tendríamos alguna multa.
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Conclusión: rezar, aunque sea unos segundos, cuando tenemos dudas, puede ayudar mucho.
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Oración: que recemos u oremos aunque sea unos segundos cuando convenga.
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