3 de
Noviembre del 2012. San Fernando, Ecuador.
Había como
5 personas intentando arreglar un coche que habían dejado a mi amigo Pepe
Navas. Este coche no arrancaba. Estaban intentando primeramente abrir el capó,
pero no podían: Varias veces intentaban tirar de un cable, de otro etc y no conseguían
abrir el capó. Yo tenía prisa para intentar ayudar a otro amigo, y no quería pasar mucho tiempo allí hasta
solucionar qué hacer con el coche. Entonces oré en voz alta para que Dios
estuviera en ese arreglo, y al momento volvieron a tirar del mismo cable que
muchas veces antes tiraron y al instante se abrió el capó.
Vieron que
en el motor un cable no conectaba al sistema de arranque porque faltaba una
pieza. Era domingo y no parecía posible conseguir en el día la pieza. Y parecía
que no podríamos nosotros arreglarlo. Pero pensé, “si se ha orado para abrir el
capó y ha funcionado, no será para dejar sin terminar el milagro”. Por tanto yo
mismo, sin saber de mecánica de coches, me puse a ver qué estaba roto. Pedí
un cablecito, y me dieron uno de cobre, y a modo de cirujano, comencé a “coser”
la zona rota, y al momento, quedé sorprendido: pues ¡sonó con fuerza el motor de
arranque!. Y así quedó arreglado.
Era
gracioso, pues los siguientes vehículos que veíamos rotos por el camino, me
decían los amigos que los arreglara. Yo les respondí sonriendo que si no fuere
por la oración a Dios no hubiere sido posible.
Conclusión: En las prisas para ayudar a otra persona, parece
ser, que también a veces está bien pedir a Dios para que solucione situaciones
con velocidad.
Petición:
Señor creador del Tiempo, que cuando esté en tu voluntad realizar algo con
velocidad que tengamos la celeridad que desees.
No hay comentarios:
Publicar un comentario