martes, 25 de mayo de 2010

41) Ropa de color naranja.

23 de Mayo del 2010.
Hoy domingo, mi madre me dijo antes de salir de casa que me pusiera algo más de ropa sobre la camisa. Yo tenía prisa para salir, busqué en el armario y lo único que veía que me convencía de ropa era un chaleco de color naranja. En ese momento salí a la calle con ese color.
Creo que llevaba más de un año sin ponerme algo de ropa naranja.
Minutos después vi que Luis iba con camiseta, también naranja. Creo que es, la primera vez, que le veo de ese color, en los años que le conozco. Se lo regaló su madre.
Parecía como que habíamos decidido vestirnos igual como ¿quizá para una obra de teatro?.
Sí porque unos días antes propuse que este domingo nos disfrazáramos de lo que fuera, e improvisar una obra de teatro ante los ancianitos de una residencia, para animarles.
Ocurrió que, casualmente, el lugar donde íbamos a buscar la ropa de disfraz estaba cerrado y no podíamos hallar ya dichas ropas.
Pero otra coincidencia nos ayudó a ver una solución. Pues mi vecino inglés, John, (quien precisamente gracias a que nos vimos de “casualidad” días atrás), me acompañó hoy en mi coche, pues resulta que se dejó en mi coche sólo una cosa: ¡una naranja!, y bien grande.
Entonces, a causa de todo esto, se nos ocurrió, que la obra de teatro debía tratar del color naranja, y para ello ya estábamos con la ropa apropiada. Quizá también fue casual, que en esos minutos vi que en el coche había dos chalecos amarillos. Con lo cual nos ayudó al momento a definir el argumento de la obra de teatro. Unos actores defenderíamos el color naranja como el mejor y otros dirían ¡que no!, que el mejor es el amarillo.
Así ocurrió. Actuamos con nuestras ropas naranjas y amarillas y con aquella gran naranja hermosa, de un radiante color naranja, y con un pequeño limón amarillo, casi inservible, que nos habían prestado. Fue una obra divertida. El mensaje de la obra era que, al igual que todos los colores son importantes, también todos nosotros, ¡no importa ni el color de piel ni la edad!, somos importantes sin excepción.
(Supe después que Luis, el día anterior, iba con camiseta amarilla, y llevaba él como un año sin usar).
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Conclusión: Creo que al Señor creador de los colores y de todo, le importa también los detalles pequeños, como, cual ropa y de qué color nos ponemos hoy. Y que todos somos importantes para Él, no importa “cual fruta” seamos cada uno, ni el aspecto de esa fruta.
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Oración: te pido, que con Tu paz y alegría nos vistamos cada día con tus ropas de Sabiduría y Amor. Que valoremos lo importantes que somos para ti independiente de lo que seamos. Que veamos la vida en Tu color, el mejor color.

3 comentarios:

  1. Perdón, pues esta mañana, al montar en la bicicleta, me dí cuenta que uso frecuentemente mi chaleco reflectante que es de color: también NARANJA. Pero, el darme cuenta ha servido para la seguridad pues, pocas horas después, en una obra en mi trabajo, caían al suelo escombros, cerca donde caminaba los transeuntes, y yo tenía que avisar a la gente que no se acercaran, y me acordé de este chaleco naranja, y me lo puse al momento y la gente entendió que habían obras y se alejaban.

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  2. Santa Teresita de Lisieux hablaba de hacer pequeñas cosas con mucho amor...
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