miércoles, 10 de febrero de 2010

25) Pasar la frontera de EEUU sin mostrar el pasaporte.

-Abril 2006.
Éramos 3 en el coche, e íbamos a pasar la frontera de Méjico a Estados Unidos en un rato. En este coche yo estaba con: mi amiga Deborah de California, y con su amiga mejicana residente en California. Yo estaba de visita en esos dos países por unos días.
Para pasar la frontera vi que había muchas filas de coches y mucho tiempo de espera. Quizá unas dos horas de espera. Era una época en que había mucho control para pasar esa frontera, la de Tijuana. Yo estaba tranquilo pues mi pasaporte estaba en regla.
Entre todas las filas de coches me pareció ver que la fila de al lado era más rápida y que podríamos pasar la frontera en pocos minutos en vez de esperar tanto. Esto se lo dije a Deborah, pues ella conducía.
Parece ser que ella no me oyó lo que dije, pues no me hizo caso.
Vi como efectivamente la fila de coches que yo decía pasaban los coches rápido mientras que nuestra fila llevábamos ya como una hora y parecía que no avanzábamos.
Me empecé a sentir cada vez más frustrado e impaciente. Y cada vez me iba enfadando más y más con la conductora por no hacerme caso. Yo no le repetí a ella que pasara a la fila rápida. Me quedé en silencio con mi enfado.
Yo percibía casi como si mi cara se iba deformando del enojo. Pensé incluso que este enojo iba a complicar el que yo pudiera pasar fácil la frontera pues yo tendría como cara de malo.
Faltaban pocos minutos para tener que mostrar los pasaportes al policía de Estados Unidos.
Intenté quitarme el enfado pero no podía. Entonces pensé que Dios quería que perdonara y que me pusiera alegre a pesar de todo. Así lo intenté por fe. Creo que oré un poquito, que Dios me ayudara. ¡Funcionó!. Pues al momento sentí Paz y alegría. Creo que el Señor me había dado tal gozo por obedecerle que mi cara había mejorado tanto que pensé que yo pasaría la frontera más fácil de lo normal.
Entonces ocurrió algo que me sorprendió, (como si fuera un premio por haber yo perdonado y alegrado): oí ó sentí como dentro de mi, como una Voz ó algo que me decía:
“vas a cruzar la frontera sin tener que mostrar tu pasaporte, y esto díselo a las dos chicas, y diles que te lo digo Yo: Dios".
Esto me parecía imposible. Pues para pasar a Estados Unidos yo sabía que hay que mostrar los pasaportes.
Tampoco yo me atrevía a decir eso a Deborah y su amiga, y menos me atrevía decirles que Dios me lo había dicho. Pues no lo creía que fuera posible. Pero esa Voz insistía, con Paz, que lo dijera a ellas antes de cruzar la frontera para testimonio.
De modo que me decidí y les dije a ellas algo como: “Creo que Dios me ha dicho que voy a pasar esa frontera sin mostrar mi pasaporte y me pide que os lo diga”.
Ellas no me respondieron. Tal vez, o no me entendieron, o lo dije con voz muy baja y no me oyeron, o como yo, no lo creían.
En el momento que paramos el coche frente al policía, las dos chicas entregaron sus pasaportes al policía y este los abrió y miró y se los devolvió.
Entonces el policía me miró a mí. Yo estaba sentado en el asiento de atrás del coche con mi pasaporte, sobre mi pierna, tapado con mi mano izquierda. Entonces puse a prueba lo que creí oír. Miré al policía, le sonreí. Y sin darle mi pasaporte, levanté mi mano derecha un poco y saludé al policía.
Al instante el policía, sin pedirme el pasaporte, dijo a los tres que continuáramos el viaje y entráramos a Estados Unidos…y así efectivamente pasé a estados Unidos sin mostrar mi pasaporte.
Pienso también que ese policía era bueno, y Dios le había preparado, pues, con sólo verme, supo que yo era legal allí.
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Conclusión: La clave: el perdón.
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Oración: Señor del Cielo, ayúdanos a que Tu Alegría en nosotros sea mayor que nuestros enfados con la gente, que podamos perdonar lo antes posible.

2 comentarios:

  1. Soy de California y he cruzado esa frontera muchas veces en mi vida y SIEMPRE miran los pasaportes. Asi que fue una cosa de Dios en esta historia que te dejara pasar sin mirar tu pasaporte y con simplemente tus "good looks" como decimos en wachi wachi. Que buena historia!

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  2. Creo que el Señor te probó para que les dijeras a las chicas lo del pasaporte y luego el Señor hizo el milagro al ver tu confianza, gracias por hacer caso a la voz interior... ¡Qué buena historia!

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