lunes, 18 de enero de 2010

21) Encontrar a Álvaro sin tener que telefonearle..

10 de Enero del 2010, Madrid.
Yo estaba con un amigo de Italia charlando en una cafetería. Tratábamos temas personales. Al momento nos vio Álvaro de Venezuela. Este se acercó y empecé a hablar con él. Sentí que el italiano prefería charlar sólo conmigo en esos momentos. Entonces, para poder seguir la conversación con ambos pensé que lo mejor era posponer el hablar con Álvaro. Invité entonces a este a encontrarnos al día siguiente en mi iglesia.
Al día siguiente yo llegué tarde a la Iglesia. Yo no sabía si Álvaro había venido antes y se fue. Sentí que si él no me vio se sentiría molesto. Entonces pensé que debía comunicar con Álvaro, para excusarme. Pero yo no tenía su teléfono. Luis, su amigo, me dijo que me podía dar el teléfono de Álvaro. Pero sentí que no me tenía que dar el teléfono. No se lo pedí. Por tanto quedé sin su número. Me quedé pensando que si no me daba el teléfono, cómo podría comunicar con Álvaro. Caminé hacia mi casa. Como una hora después me encontré en el camino precisamente con Álvaro. Eran sitios distintos de Madrid las veces que casualmente me encontré con él.
Me sorprendí. Le conté entonces a Álvaro lo del retraso de la iglesia. Así quedé en paz, gracias a este encuentro casual. Y tuvimos una buena conversación.
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Conclusión: Si queremos obrar para bien, y parece que no podemos, o nos sale mal, entonces Dios puede actuar para solucionar nuestro error o incapacidad.

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