martes, 24 de junio de 2025

147) Encuentro inesperado  junto al mar,  en la Noche de San Juan. 

 23 de junio del 2025. El Campello, Alicante.


Esta noche mágica Noche de San Juan, estaba yo a la orilla del Mediterráneo cuando algo especial ocurrió.


En una tierra que celebra esa noche con hogueras y fuego, recordando que es el momento en que la luz de la noche la más corta del año me encontré con algo que parecía responder al cielo… pero desde la tierra.


Entre pequeñas piedras redondeadas de la costa vi un pequeño ser. No era una luciérnaga —de esas sí he visto antes—. Era algo distinto. Un insecto o crustáceo marino que emitía luz verde en tres segmentos. No reflejaba la luz: la producía.


Era la primera vez en mi vida que veía un bicho que no fuera luciérnaga brillar por sí mismo. Como si la naturaleza me regalara una luz humilde, escondida, mientras arriba el sol celebraba su apogeo, y la ciudad encendía hogueras al cielo. 

No se movía apenas a pesar de que la toqué suavemente con otra piedrecita.


Intenté hacerle una foto, pero el flash lo apagó todo. La imagen quedó borrosa.

Mi móvil no lo captó, pero mi alma sí.


Luego supe que tal vez se trataba de un isópodo marino bioluminiscente, uno de esos seres antiguos, misteriosos, que viven entre las rocas costeras, y que solo se dejan ver cuando uno camina con los ojos abiertos, pues había orado por la voluntad del Creador de la naturaleza.


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Conclusión: aunque el hallazgo no sea para tanto quizá en los momentos más oscuros de la vida podamos ver una pequeñita luz que nos haga ver y entender que hay una luz mayor que nos ama y nos espera.

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Oración: que podamos encontrar y disfrutar de la luz que alumbra felizmente nuestra alma


domingo, 15 de junio de 2025

146) Feria del libro. Lo que buscaba.

1 de junio 2025. Madrid. 

Todos los años me ha gustado ir al menos un día a la Feria del Libro en el Parque del Retiro de Madrid. En esta ocasión como no quería ir solo pregunté por escrito en el teléfono móvil a mi amigo Gonzalo si quería venir conmigo. Era para buscar el libro que me habían recomendado titulado El peregrino ruso.


Al momento me escribió y casualmente diciendo que estaba en ese parque y que ese libro no lo vendían en esta feria.

Fui entonces a esa feria del libro sin saber si podría encontrarme con Gonzalo. De las 366 casetas que había, en una me paré para hojear libros.

Al instante llamé a Gonzalo por teléfono y curiosamente me dijo que él estaba también en la feria en una caseta cercana con su hermano y cuñada. Fui donde él estaba. Caminamos un poco y pararon precisamente en esa caseta donde antes paré. Allí la cuñada compró un libro y me lo regaló. Era precisamente el libro en relación a Santa Catalina de Siena de cuya persona hablo en mi blog de casualidades sobre el día del apagón. 

Y me dijo que ese libro la había escrito precisamente su hermana, que es monja en el monasterio donde se bautizó Santo Domingo de Guzmán.

Le dije que casualmente estuve en la pila bautismal de Santo Domingo y que compré galletas que hacían allí las monjas. Entonces me dijo la cuñada que precisamente la que la vende esas galletas es su hermana.  Es decir que conocí también allí a la autora del libro.

Este libro se titula " yo quiero " . Es libro que ayuda bien a la fe.

Pocos días después también mi amigo Gonzalo me prestó el libro de "el peregrino ruso " libro de buena ayuda a la oración, con oraciones sencillas como: Señor Jesús, ten misericordia de mí.

Y hoy, 15 de junio, último día de la feria, quería ir con este amigo a la feria para confirmar que  la caseta, donde me regalaron el libro fue realmente  la única donde antes hojeé libros. Entonces estaba escribiendo un texto en mi teléfono a él en la puerta de la iglesia de San Antonio en el Retiro en Madrid. Y al instante oí alguien que decía mi nombre, Carlos, y me sorprendí que era precisamente este amigo que iba en coche con otros familiares suyos. Entonces fuimos a la feria y confirmé  la coincidencia, y consideramos que era todo la mano de Dios.

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Conclusión: el Señor del cielo ayuda también con  oraciones sencillas como "Señor Jesús ten misericordia de mí" .  Repitiendo oraciones aún sencillas y cortas es una ayuda enorme a la paz.

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Oración: que podamos orar en libertad en alegría y en paz



domingo, 1 de junio de 2025

145) La primera vez que duermo solo en casa

 

1980 Campello, Alicante


Yo tenía unos 18 años. Era la primera vez que me quedaba solo a dormir en mi casa. Siempre antes en la casa estaban mis padres y en general algún hermano.


Como era la primera vez, me asustaba estar solo en la casa por la noche. 

Cerré la puerta de la calle con llave y con el pestillo de manera que nadie podía entrar, ni tampoco podían entrar por el balcón ni ventanas.

Antes de meterme en la cama, miré bien en toda la casa por si hubiera alguien escondido.

Comprobé todos los armarios y debajo de las camas. 

Me sentí seguro que estaba yo solo en la casa.

Era de noche. Me metí en la cama y me dormí.

Al poco tiempo me desperté porque oí un ruido. Aun no había abierto los ojos. Entendí que el ruido era el sonido de la mesilla junto a mi rozando sus patas con el suelo como si la estuvieran moviendo. No le di importancia. Abrí los ojos y observé en la penumbra de la noche, intrigado, que el techo desde mi posición parecía que se estaba desplazándose levemente. Entendí que no podía ser el techo que se moviera si no la cama donde yo estaba que se desplazaba y hacía parecer que el techo se movía. Era para mi evidente que la cama al moverse desplazaba la mesilla y por eso oí el ruido de las patas de la mesilla rozando al suelo.

Aún tranquilo, entonces pensé que la única opción de que eso ocurriera era que mi hermano haciendo broma estaba debajo de la cama moviendo esta para asustarme.

Entonces recordé que la puerta de la calle estaba cerrada con pestillo, y nadie podía entrar y que en la casa no había nadie mas que yo. Entonces pensé que era imposible que alguien moviera la cama.

Si nadie movía la cama y esta se movía, pensé que se movía sola, y entendí que era imposible. Con lo cual en ese momento, pensé que podría ser algo invisible con maldad.

Me horroricé. Me levanté enseguida de la cama. Encendí la luz gritando con todo ánimo para eliminar mi miedo. Dije con toda mi emoción: “no te tengo miedo, satanás" (pues me bautizaron y por eso recibí el Espiritu Santo, Dios, que es más fuerte que el mal)”

Al momento busqué una explicación lógica.

Efectivamente la mesilla y la cama estaban desplazadas en giro mas de medio metro.

Miré debajo de la cama para constatar que no había nadie.

Observé debajo de la cama y vi que esta tenía 2 ruedas. Para tranquilizarme pensé que seguramente el borde de la colcha de la cama estaba por debajo la rueda, y al efecto de mi peso, la cama fue cayendo por la miniescalera de los plieges de la colcha, que haría desplazar la cama y con ella la mesilla.


Imagino eso sería la explicación u otra causa física.


Lo que sorprende es que precisamente la única vez que me ocurre algo parecido es cuando estoy la primera vez en mi vida durmiendo solo en la casa.

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Conclusión: En alguna ocasión, cuando pensamos que alguien puede hacernos mal, este pensamiento puede ayudarnos a estar preparados a defendernos y no tener después demasiado tiempo miedo. Pues la escritura dice: ... maldito el hombre que confía en el hombre... 

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Oración: Que el Señor Todopoderoso nos defienda con su infinito Poder que es superior a todo mal.