lunes, 16 de abril de 2018

108) Nieve y extrañas luces que ayudan

11 de abril del 2018, Sierra Nevada (Granada)        
Hoy había mucha nieve en Sierra Nevada. Me invitó allí mi amigo Martin de Londres para ir con la tabla de Nieve.
Su coche estaba aparcado y atrapado en la nieve. Estuvimos como una hora con la pala sacando la nieve para poder sacar el vehículo. Pero después, Martin, al intentar arrancar el motor dijo que no funcionaba pues se había dejado, por error, la luz del coche encendida toda la noche.
Caminamos a un taller y pedimos una grúa. Su conductor me pidió que yo entrara en la grúa para indicarle el camino al coche de Martin. Durante el trayecto él me dijo que le dolía bastante el cuello desde hacía días. En ese momento le dije que yo iba a pedir a Dios en ese momento para que se le curara. Oré y al instante él me dijo que se había curado y que él tenía una hija enferma y agradecía que yo orara por ella. Él habló después con su hija por teléfono y le dijo a ella que yo era como un mago y que yo le podía curar a ella. Y en ese teléfono canté grabando una canción a ella para animarla. Lo cual él agradeció y nos hizo un precio muy especial por sacar el coche de la nieve.
Cuando llegamos con la grúa al coche de Martin, el de la grúa puso cadenas al coche. Y aún con cadenas el coche patinaba en la calle contigua pues era muy inclinada.
Pregunté a Martin si yo podía conducir su coche sobre tanta nieve pues nunca antes yo lo había hecho. Él dijo que no porque yo no tenía seguro de ese coche. El no poder conducir su coche sobre esa nieve me entristeció un poquito, pero, al momento el conductor de la grúa sin haber oído esta conversación me dijo que ¡yo condujera la grúa! (sobre tanta nieve). Lo dijo pues para remolcar el coche de Martín, el conductor iba a conducir el coche de Martin mientras yo condujera la grúa. Lo cual hice muy contento en especial porque era como una “coincidencia” a mi deseo.
Después Martin y yo dijimos que gracias a creer que dejó la luz encendida llamó a la grúa y se pudo solucionar fácil. Yo pienso que no se dejó la luz encendida, pero él asegura que vio la luz puesta en el coche al llegar por la mañana. Para mí era extraño esa luz de la que él hablaba, pues la noche anterior me mostró el coche y yo no vi luces encendidas.
 ….
Después de aparcar en buen sitio el coche de Martin, fuimos con las tablas de  nieve a deslizarnos por la ladera de la montaña. Había una zona amplia en que la niebla era tan intensa que todo alrededor se veía blanco incluso no se veía el suelo de modo que yo no sabía cuál era la vertical y esto me daba mareo y me hacía caer varias veces.
Me levanté y seguí deslizando pero al no tener visibilidad por la niebla, por error, salí de la pista. Yo sabía que esto era peligroso. Al haber tanta nieve me hundí sin poder apenas moverme pues estaba casi enterrado por la nieve. Pensé que al estar enterrado en tanta nieve, que apenas sobresalía mi cabeza, no me podrían ver otra gente. Y con el cansancio que yo tenía de sacar el coche con la pala, no me sentía con fuerzas de salir de la nieve, además yo no tenía buena ropa para el frio. La intensa niebla y estar fuera de la pista y tanto frío dentro de la nieve me hizo pensar que si tardaban varias horas en ayudarme a salir o rescatarme, podría hasta morir por frio. Iba a empezar a angustiarme por la situación cuando de pronto vi unas extrañas y bellas luces que me hizo olvidar mi estado de peligro. Eran grandes luces amarillas en línea recta proyectadas sobre la nieve, que entendía que venía del sol, pero era extraño en medio de esa densa Niebla. Se movían en dirección hacia mí a velocidad como un coche. Ver eso me alegró y me hizo sacar fuerzas con lo que al momento salí de la nieve dirigiéndome hacia esas luces.
Comencé a deslizarme con la tabla en una sensación increíble, sobre tanta nieve fuera de pista, que parecía que estaba volando sobre las nubes. Al rato encontré descendiendo por la ladera a Martin el cual me contó que había visto esas luces y las describió como yo. Eran luces de unos 50m de largas y unos 5m de anchas en 3 bandas separadas unos 20m. Como si fuera trozos intensos de arco iris en color solo amarillo pero proyectados con intensidad sobre el suelo de nieve.
Martin me dijo que justo después de él ver esas luces comenzó a deslizar sobre la nieve quizá con la mayor alegría en su vida de las bastantes veces que él había esquiado.
Eran luces que me hizo recordar a las columnas de fuego que guió a Moisés para conocer el camino por el desierto.
No sé que serían esa luces, nunca vi nada parecido. Imagino que sería algún efecto solar a través de la niebla intensa al proyectarse sobre el suelo con nieve.
Lo que fue más sorprendente es haberlas visto justo cuando pensé que estaba en peligro de muerte y al instante me dio alegría y ánimo para seguir adelante.
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Conclusión: Cuando hay riesgos o peligros hay una Fuerza Superior que nos encamina a encontrar una salida.
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Oración: Que ante los peligros la Fuerza del Todopoderoso nos ayude.


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