23 de Septiembre del 2015, Madrid.
Hoy empecé a desmontar mi impresora del ordenador pues no
funcionaba. No conseguía arreglarla. Entonces llevé la impresora a la calle
para ver si lo arreglaban en un taller. Fui a un local donde me dijeron que podían
arreglar impresoras y en ese local me dijeron que era más económico comprar una
nueva impresora y que cerca había una tienda donde vendían impresoras. Entonces
fui a esa tienda y pregunté por el modelo más económico y me mostraron una impresora
que era también fotocopiadora y escáner. Yo pensé que solo quería impresora
pues yo ya tenía escáner con opción de fotocopiar. Algo me decía por dentro que
comprara ese modelo. Yo no quería comprarlo pero por fe lo compré. Cuando
estaba en casa montando el nuevo modelo, al principio me pareció complejo el
montaje, pero a los minutos ya estaba funcionando y me deshice del antiguo
escáner, y observé que ahora tenía menos cables complejos en la mesa. Es decir
que ahora estaba la mesa más ordenada con menos cables estorbando.
A eso de un minuto de tenerlo todo terminado, y aún mirando
cómo había quedado de bien ordenado la mesa de trabajo con la nueva impresora
sin viejos artilugios, recibo una llamada por teléfono, que me sorprendió: pues
nunca antes recuerdo recibir una llamada de una compañía de impresoras (la Empresa
temel, para mejorar el sistema de trabajo).
Le dije que acababa de montar la impresora y que no
necesitaba. Yo por teléfono no compro nada si me llaman. De este modo con
decirle que lo acababa de comprar no tuve que decir más, pues al instante lo
entendieron, y me dijeron amablemente que habían llamado tarde.
Después pensé varias opciones:
1) si acaso fue una coincidencia lo de que me llame una empresa de impresoras al poco tiempo de comprarme una;
2) o si tal vez, no era coincidencia sino que al comprarlo y pagarlo con tarjeta electrónica, mis datos “viajaron” a través de internet, y llegaron a dicha empresa que sabría que estaba interesado en impresoras (hay que decir que no busqué en internet impresoras ni tinta);
3) o tal vez fuera una suma de: una causa, más una pequeña coincidencia: es decir, que llegaron a la empresa cientos de datos de personas comprando impresoras y llamaron a algunos pocos el cual uno era yo.
1) si acaso fue una coincidencia lo de que me llame una empresa de impresoras al poco tiempo de comprarme una;
2) o si tal vez, no era coincidencia sino que al comprarlo y pagarlo con tarjeta electrónica, mis datos “viajaron” a través de internet, y llegaron a dicha empresa que sabría que estaba interesado en impresoras (hay que decir que no busqué en internet impresoras ni tinta);
3) o tal vez fuera una suma de: una causa, más una pequeña coincidencia: es decir, que llegaron a la empresa cientos de datos de personas comprando impresoras y llamaron a algunos pocos el cual uno era yo.
En todo caso me pareció interesante todo esto y me ayudó a
dar más valor a tener más ordenado la
mesa y en general el lugar donde trabajo y vivo.
….
Conclusión: A veces no sabemos si algo ocurrió por
coincidencia o por una causa. En todo caso, puede servir para despertarse más a
la realidad de esta vida y valorar aún más las cosas buenas y agradecer por
todo.
…
Oración: Que estemos despiertos cuando debamos de estarlo,
y dormidos cuando debamos de estar dormidos, y valoremos en su punto lo bueno
que tenemos.
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