miércoles, 3 de marzo de 2010

27) Pueblo como apellido.

28 de Febrero del 2010, Trocóniz, Álava.
1. Fuimos con Luis a visitar el pueblo de su apellido paterno. Un pueblo muy pequeño de sólo unos 20 habitantes en el País Vasco.
Sólo hay una diferencia entre su apellido y el de este pueblo, y es la última letra: Pues su apellido termina en “s”, mientras que el pueblo termina en “z”. Aunque según la pronunciación del país de Luis y en el idioma vasco suenan igual ambas letras.
2. Me recuerda a un poema que hice sobre la letra “z” en que digo: OH, “ZETA”, ¿A QUIEN ME RECUERDAS? ERES ÚLTIMA DE LAS LETRAS (del abecedario) Y LA ÚLTIMA DE TU PALABRA (la “a”) ES PRIMERA DE TODAS ELLAS... (del abecedario) En este poema, la “z” es como un símbolo de Jesucristo. Pues Él fue despreciado, se le dejó como lo último, pero Él, al mismo tiempo es el primero, el Creador de todo y precisamente Creador a través de la palabra.
3. Al llegar a este pueblo, al poco tiempo vimos a las primeras personas por la calle. Era un grupo de 4 personas. Entonces Luis y yo salimos rápido del coche para preguntarles si sabían de alguien apellidado Troconis (ò Trocóniz). Dijeron que sí, pero al momento algo sucedió que asustó al grupo:
Dos amigas nuestras, que quedaron dentro del coche, movieron un poco el vehículo hacia ese grupo de personas para aparcar mejor el coche.
Al instante, una de esas personas del grupo, una señora mayor, salió corriendo muy asustada. Se asustó porque, casualmente, ella estaba hablando con sus amigas en ese momento de que un coche se estrelló junto a la pared que estaba justo al lado de donde esas personas estaban, sólo unos días atrás. Se veía claramente la grieta en esa pared.
Por eso, cuando nuestro coche se movió y esta señora vio que Luis y yo salimos del coche, y a causa del reflejo del cristal del coche no se veía nadie dentro, entonces ella pensó que el coche iba sin nadie, sin el freno, e iba a estrellarse contra ella.
Al momento, todo quedó en un simple susto y pudimos sonreírnos todos. Y fue como algo "casual" que sirvió para unirnos con ese grupo.
4. Entonces se nos acercó el mismo alcalde del pueblo. Nos regaló una bolsa de patatas ecológicas que fabrican en ese pueblo y que las venden en algún importante centro comercial en toda España. Nos sorprendió que un pueblo tan pequeño tuviera un alcance tan grande. (En esto me recordaba al pequeño pueblo de Belén).
5. El alcalde nos mostró en el pueblo un pequeño y bonito palacio al pie de un riachuelo, y nos dijo que era, “casualmente”, la casa de su abuela. Y en ese palacio había en la fachada en piedra un gran, hermoso y antiguo escudo de la familia Trocóniz.
6. A los pocos minutos de salir del pueblo me llamó a mi teléfono alguien que no me había llamado en más de 4 años. Fue la única llamada que recibí ese día. Precisamente era mi amigo apellidado Sedillo.
Él, curiosamente es una de las 3 únicas personas con las que he visitado un pueblo que tiene un nombre como el apellido. También en este caso de este amigo, el pueblo se llama Cedillo en vez de Sedillo. Es decir, la diferencia es sólo entre el sonido de “s” y el de “z”. Además, si a esta palabra "Cedillo” le cambiamos su última letra por la primera del abecedario, la “a”, nos queda “Cedilla”, lo cual precisamente significa lo que en una letra relaciona la “s” con la “z”.
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Conclusión: es bueno valorar tanto lo último (simbolizado en la zeta) como lo primero (simbolizado en la A). Por tanto mejor hacemos si valoramos aún más a D I O S,, pues Él es ambas cosas a la vez: el fin y el principio.
Al igual con nuestros apellidos, hay un deseo de querer perdurarlos en el futuro, por amor a los apellidos de nuestros antepasados, y el más antiguo de los antepasados es el mismo Creador. A este por tanto deberíamos quererlo más.
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Oración: Creador de todo, que podamos alegrarnos con tu conocimiento en todo. Tú que eres Palabra creadora, que todo sabes, que nuestras bocas y mentes pronuncien las palabras y significados que te agradan, y que ayuden a los demás. Gracias por nuestros apellidos y familias, bendícelas como te alegre.

1 comentario:

  1. Creo que el alfa y la omega son la primera y la última letra del alfabeto griego.
    .
    A mi me gustan mis apellidos: Tenorio Martínez.

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