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Noviembre 2016. Toledo y Madrid.
1).
Este día de domingo, después de un Retiro cristiano en Toledo, al atardecer, yo
dudaba si debía volver a Madrid o ir hacia el pueblo de Noblejas. “Algo” me decía
que fuera hacia el pueblo y prontamente.
Entonces
prontamente tomé el coche y me dirigí hacia ese pueblo. El camino es hacia el
Este, atravesando campos.
Cuando
comenzaba a circular por la carretera, tenía prácticamente todo el rato, a la
vista, el horizonte frente a mí. Me sorprendí al ver que acababa de salir la más
grande luna que nunca antes recuerdo haber visto. Realmente bella. Era prácticamente
llena. Era la luna anterior a luna llena. Y me sorprendió al saber que precisamente
esa luna llena era la más grande que se podía ver desde los últimos 70 años.
2).
También era hermoso ver detrás de mi, al Oeste, a través del espejo retrovisor,
cómo se ponía el sol. Viendo cómo coincidía la salida de la luna con la puesta
del sol y en direcciones opuestas.
3).
Horas después, al amanecer del día siguiente (14 de Noviembre), allí en
Noblejas, al despertarme me levanté y miré hacia el horizonte al Oeste, para
ver ahora cómo se pondría la luna en la dirección donde horas antes se puso el
Sol. Era oficialmente el día de la Luna llena más grande en los últimos 70
años. La puesta de la luna también fue hermosa, aunque no me pareció tanto como
su salida, quizá porque ya no me sorprendió, pues sabía que iba a ser grande.
Era
la primera vez que recuerdo haberme fijado en la puesta de la luna, pues muchas
veces me había fijado en su salida (sobre el mar).
4).
Comprobé que efectivamente también cuando se pone la luna llena (en el Oeste), coincide
con la salida del sol en la dirección opuesta (por el Este). Pude así entender algo
mejor la Maravilla de este Universo: que pareciere que la luna y el sol se
persiguen y a veces se encuentran (en los eclipses) como si fuera una grandiosa,
lenta y bella “Danza”.
Como
la “danza” de las manillas del reloj.
5).
Al siguiente anochecer, aún en el 14 de Noviembre, ya en Madrid, hablé por
teléfono con mis amigos Luis de
Venezuela y Jhoni de Ecuador, y me dijeron que iban al Parque del Retiro de
Madrid para hacer deporte junto al monumento al Ángel caído (monumento que
simboliza la destrucción del mal). Y al yo recordar que en unos minutos iba a
salir la luna llena (pues la de ayer era la luna casi llena) entonces les dije
que allí nos veríamos en unos minutos y en particular para contemplar la salida
de la Luna. Antes de salir yo de mi casa, calculé hacia qué dirección exacta deberíamos
observar, desde ese monumento, para ver la salida de la luna. Según mi cálculo
aproximado sería observando hacia la calle paseo Uruguay, que comienza desde
ese monumento.
Poco
tiempo después, los tres nos encontramos donde dijimos, y nos pusimos a
observar en dirección a donde consideraba que saldría la luna. Allí estábamos
esperando, y al cabo de unos minutos, efectivamente se vio aparecer, hermosa, la mayor luna en esos 70 años, justo al final
de esa calle.
Con
la ayuda de la perspectiva de la calle y la referencia de un edificio al fondo,
la torre del Retiro, se pudo apreciar enorme la esfera de la luna y también su
inclinación a medida que ascendía la luna por referencia a dicha torre.
6).
Bastante gente se paró a verlo allí. Y expliqué a mis amigos entonces el
simbolismo del lugar: frente a nosotros, hacia el Este, veíamos la salida de la
luna, cuya luz es del reflejo del sol. Y detrás de nosotros, al Oeste, se veía el
resplandor del Sol que acababa de bajar
del horizonte. Y en medio, entre la luna y el sol, a escasos metros de
nosotros, veíamos el monumento que representa la caída del ángel, en concreto,
la caída desde lo alto, desde “la Luz del Cielo”. Era curioso que detrás de ese
monumento, veíamos precisamente la puesta o “caída” del sol.
7).
Al entender lo interesante del momento sentí mucho ánimo y comencé a decir, con
voz alegre y hacia la gente alrededor, que Dios es luz.
8).
Unas horas después, de madrugada, cuando pasaba la luz de luna por los ojos de
mi madre que dormía, y como yo sabía que ella quería ver esa luna y no pudo
antes verlo, la desperté para que lo viera. Ella al abrir los ojos, lo primero
que vio fue esa luna llena, y se sonrió al instante y dijo que qué bonito y glorificó
con palabras a Dios.
9).
Horas después, abrí la Biblia y me sorprendí de la coincidencia del pasaje
que me tocaba leer este día: Justamente mi pasaje comenzaba con Génesis 1. 14: “Dijo
Dios: haya luceros ((luna y sol)) en el firmamento celeste, para separar el día
de la noche, y sirvan de señales para solemnidades, días y años”
También
me di cuenta por primera vez, que esa Biblia dice que esos luceros sirvan para “solemnidades”.
Aunque alguna traducción dice en vez de solemnidades: “fiestas” y otras
traducciones dicen: “fechas especiales” y otras dicen “estaciones”.
En
Salmos 81.3(4) dice “tocad trompeta en el tiempo de la luna nueva, de la luna
llena, en el día de nuestra fiesta solemne”
Ó
en Ezequiel 46. 3 dice “…adorará el pueblo de la tierra delante del Señor, a la
entrada de la puerta, en los días de reposo y en las lunas nuevas”.
Es
decir, interpreto que el Señor creó el sol y la luna, con varios propósitos, entre
ellos, alumbrar y señalar determinadas fiestas, como la pascua de resurrección.
Por eso en algún momento de cada semana santa siempre hay luna llena, y para
ello cada año esa festividad cambia de fecha para adaptarse a la luna en relación
al sol. Cuando uno se pone el otro sale. Tal vez simbolizando que cuando se
quita el mal entonces sale el bien y viceversa.
10).
Me alegré al leer esto de la solemnidad en la Biblia al saber que cuando se vea
la luna llena o nueva, pueda servir para ser un tiempo especial para homenajear
al creador de la luna, y del Sol y del Universo
…….
Conclusión:
La creación la ha creado muy bella el Creador y con mucho significado y sano
simbolismo.
….
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ResponderEliminarLa imagen (que no es muy nítida) es de una foto que hice,de esa Luna llena del 14 de noviembre del 2016 desde el parque de el Retiro de Madrid. Se aprecia a la izquierda de la Luna las luces de la torre del Retiro, y a medida que se elevaba la luna se veía que se desplazaba esta hacia la derecha del edificio.
ResponderEliminarSi maravillosa es la Luna, más maravilloso aún es quien la diseñó.
ResponderEliminarHola, Carlos, me alegra leerte. No me gusta la estatua del ángel caído del retiro por lo que simboliza. Ya le he pedido varias veces a Dios que le caiga un meteorito y la destruya, pero todavía no me ha escuchado... Un abrazo y que Dios te bendiga: Javier
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