25 de Marzo. Madrid.
Ayer por la noche, un hombre, quien fue sanado del Síndrome
de Down, oró con gran amor por mí. Y como una hora después hablé con mi amigo de
Puerto Rico, y le dije que me sorprendía que ese hombre de Dios tenía una gran
memoria (para recordar por ejemplo los números de los versículos en la Biblia),
y también le dije, con cierta pena, que sin embargo yo no tenía tanta memoria
para recordar en dónde en la Biblia encontrar los versículos.
Y hablándolo entonces con mi amigo, llegué a la conclusión,
que aunque yo no recordara las cosas de memoria, no tenía yo que sufrir, que lo
que importa es “guardarlo en el corazón”. Y dijimos que en la Biblia cuando se habla
de “guardar en el corazón”, parece que no obliga a “guardar en la memoria”,
incluso, hasta con cierto aspecto cómico, pero con respeto, dije que creo que tendría
mala memoria (o despiste) la Madre del Señor Jesús, con tanto “guardar en el
corazón en vez de en la memoria”, pues cuando este era niño de 12 años, lo
perdió por varios días.
A la mañana siguiente, sin saber de todo esto mi hermano,
lo primero que él me dijo fue: ¿Qué dice el versículo de Mateo, 27.24?
Me sorprendió la coincidencia, de que me preguntara requiriéndome
memoria, cuando él nunca antes me preguntó de esta manera.
Entonces gracias a que la noche anterior llegué a aquella
conclusión, pude responder con tranquilidad y contento, que no sé de memoria
los versículos. Y al momento él me recitó el versículo. Y pudimos con
tranquilidad hablar de la Biblia.
Conclusión:
Parece ser que, aunque es bueno saber de memoria los escritos divinos, si en
alguna ocasión se nos olvida algo, importa más que, sea el significado, guardado en el corazón.
Oración: Que recordemos en la mente lo que debamos y en el
corazón lo que siendo bueno, amemos.
El lugar de los versículos es bueno saberlo sólo por consultar la biblia. Lo que hay que guardar en el corazón es el contenido de los versículos, no el número...
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